domingo, 2 de septiembre de 2012

Los Medios de Comunicación


El Paradigma Narrativo
Aplicación a los Medios

En la actualidad el Paradigma Narrativo ha tomado gran relevancia,  gracias al creciente impacto de los medios de comunicación y sistemas de información, que ahora no son sólo unos pocos a nivel nacional, son cantidad de organizaciones que con o sin fin  único de ánimo de lucro, han inundado las ciudades, los pueblos, los barrios y comunas de nuestro país y por qué no, del mundo entero, con historias que buscan describir la realidad con la mayor verosimilitud posible o por el contrario, se han dado la oportunidad de romper esquemas y contarnos como sería el mundo de otra manera.


Par bien o para mal, los pasos que da el hombre moderno en pro de su desarrollo, están influenciados por los pensamientos y marcos informativos que le han vendido la prensa, la televisión, la radio, y sobre todo, las nuevas narrativas audiovisuales que están a la espera de sumergirse en su cerebro con sólo encender un computador y conectarse a internet. 


Los medios de comunicación y sistemas de información han desviado sus propósitos informativos, cambiándolos por poder, amarillismo, dinero, conveniencias personales, que indudablemente les han creado una mala imagen frente a temas primordiales, donde más que educar y culturizar, deseducan y dañan la cultura; innegable el artificio de muchos profesionales inescrupulosos que no buscan más que fama y reconocimiento, imperios corruptos con intereses políticos más que sociales, noticias tergiversadas para superar los índices de rating de la competencia, transforman el objetivo de los medios (informar) en desinformación total.



Pero esta responsabilidad no se le puede otorgar únicamente a los comunicadores, escritores, contadores de historias que han adquirido la vocería de la sociedad, ¡sí! Gracias a su formación profesional están en el deber ético de utilizar su capacidad narrativa para construir patria, pero ¿qué patria queremos construir?, la sociedad contemporánea se ha acostumbrado a vivir en la violencia, se ha vuelto insensible frente al dolor, la pobreza, la guerra, gusta ver a la hora del almuerzo, mientras descansa de sus quehaceres, de sangre y muerte; no espera que se le expliquen tecnicismos de los accidentes, tomas guerrilleras, asesinatos pasionales, quieren la historia, quieren saber los motivos, quieren detalles de cómo ocurrió.  Con ello, no se busca justificar a los profesionales mediocres, sino crear conciencia de que el poder de la narración es tan grandioso como destructor, y es únicamente el ser humano quién decide cómo y para qué utiliza su naturaleza de contar historias, en este sentido el comunicador profesional de masas desempeña una función de canal, entre los que quieren hablar en sociedad y el público al que quieren llegar.

Es precisamente en éste último aspecto en donde radica el nombre de “paradigma”, paradigma de la narración más que teoría de la narración, ya que el primero tiene más alcance que el segundo, pues Fisher asegura que “No hay nada, incluida la comunicación técnica, que no sea un episodio de la historia de la vida” (1985, p. 347). El hombre mismo, es el que se ha encargado de difundir y promocionar sus debilidades, sus conductas animales, y de hacerlas sobresalir sobre sus habilidades, creaciones, evoluciones, es él, quien  se ha encargado de dar una mala utilización a los recursos y formas de comunicación que él mismo ha desarrollado, pero... ¿Qué otra cosa puede contar el hombre que no sea de su esencia misma?


El hambre del latinoamericano no es solamente un síntoma alarmante de la     pobreza social, sino la ausencia de su sociedad. De ese modo podemos definir nuestra cultura de hambre. Ahí reside la originalidad práctica de nuestro cine con relación al cine mundial; nuestra originalidad es nuestra hambre, que es también nuestra mayor miseria, presentida pero no comprendida. (Glauber Rocha,1965)

Los medios hacen uso de la emoción para convencer, un ejemplo de ello: la negativa de una persona a comprar un producto desconocido, pero en cuanto el vendedor le cuenta su experiencia personal y la de otros tantos luego de usar el producto,  el cliente se ve tentado a comprarlo y posiblemente lo hace; las personas somos vendedores y compradores de historias, los sistemas de información no hacen más que ofrecer sus productos y está en el cliente, permitir o no la compra de dicha información, no en vano que cada vez, la oferta que hacen los medios de comunicación y sistemas de información sea más arriesgada y son, como lo afirma el paradigma narrativo, las personas quienes toman decisiones sobre que historias aceptar y cuáles rechazar, basándose en lo que tienen sentido, o en las buenas razones para ellas. Todos los argumentos incluyen “ideas que no pueden ser verificadas ni probadas de forma absoluta”, tales ideas aparecen en las metáforas, valores, gestos” no importa la cultura ni el tiempo, las posibles diferencias hacen más auténticas las narraciones.


Específicamente, la oferta que tienen los medios colombianos despierta grandes discusiones frente a la pornomiseria que vende, pero cabe preguntarse ¿qué tipo de productos consume la audiencia del país?, en Colombia y en el exterior las producciones más exitosas son las que reflejan la corrupción, el narcotráfico, la violencia, la prostitución; para los nacionales porque describen sus miedos, experiencias, ilusiones, se ven reflejados en las pantallas, los toca más personalmente; para los extranjeros, porque les muestra otra visión del mundo, que les es o muy reconocida o muy ajena. No se trata de vender una imagen negativa del país, pero sí de reconocerlo. Porque además, éste es un país acostumbrado a vanagloriarse de sus debilidades como lo expresa Mario Mendoza en Satanás:


Pero qué se puede esperar de un país donde todo el mundo tiene mentalidad de limosnero. Los políticos piden contribuciones a sus electores, los sacerdotes son unos vagos que viven del bolsillo ajeno, los colegios piden una ayuda extra cada año a los padres de familia, los hospitales suelen inventarse pretextos para mendigar tales como «el día del niño diferente» (un eufemismo que se refiere a tarados mentales, mongólicos y oligofrénicos), «el día del cáncer» o «el día de la poliomielitis», y hasta el mismo Presidente de la República se la pasa como un indigente rogando que las naciones desarrolladas le tiren unos cuantos pesos. Los noticieros de televisión nos informan cada mes que «el señor Presidente se entrevistó con el Banco Mundial para concretar la ayuda para Colombia», o que «el señor Presidente está de visita en Madrid para recordarle a España la importancia de sus donaciones al problema del narcotráfico». Qué ejemplo recibe una nación que ve a su principal mandatario de rodillas suplicando unas cuantas monedas. Colombia no es un país, sino una orden mendicante.


En el paradigma Narrativo se postula que las buenas razones se determinan por cuestiones de historia, biografía, cultura y carácter. Las personas son influenciadas por el contexto en que se desenvuelven,  así que no hacen juicios solamente basados en los criterios insinuados por la situación. Dicha teoría puede explicar en cierta medida, el comportamiento de quienes trabajan en los medios (comunicadores) y  de quienes  compran sus productos (audiencia): no se trata de que en Colombia los narcotraficantes o los sicarios sean ídolos o de que se crea que sus actuaciones son correctas, sino más bien que en ese contexto ha crecido el pueblo, es el espacio que conocen y de pronto justifican, porque al igual que ellos han sufrido la pobreza y el abuso del poder, han aguantado hambres, han sido despreciados y faltos de oportunidades, si ese pensamiento del hambre es en el que los han educado desde pequeños, eso es lo que los apasiona ver, ese es el material que es relevante en sus vidas, no necesariamente el que la lógica les dicta que deberían seguir.  Para James Carey (1975): “La narración no se dirige tanto al acto de impartir información, sino a la representación de creencias compartidas”.



La gente se cree las historias en la medida en que parecen veraces, los colombianos confiamos en una información si nos la cuentan en forma dramática, pues se asemeja al sufrimiento que creemos haber padecido en algún momento de nuestras vidas por el hecho de ser colombianos, eso lo saben muy bien los medios, que se aprovechan de la situación, inclusive a través de la narración, convierten en héroes a quienes deberían ser villanos, ese es el poder que tienen los relatos, que según como sean narrados pueden tocar la sensibilidad, la emocionalidad de los demás, así no sean completamente racionales. Para Fisher “La narración no es una simple historia, es una historia verbal y no verbal con una secuencia de acontecimientos a los que el oyente asigna un significado” (1987, p.58)



    En últimas el fin de los medios de comunicación y por ende, de las narrativas que utilizan consiste en atraer y mantener la atención, pues la esencia de cualquier mercado radica en conservar la aceptación de los consumidores potenciales, con respecto a los bienes y servicios que ofrece; despertar y mantener el interés en forma cuantitativa, sin dar mayor importancia al efecto en términos de conocimiento, influencia y comportamiento, que se cause en la audiencia. 

Características del Paradigma Narrativo


El paradigma Narrativo resulta importante en la medida en que aporta la idea de que las prácticas que se viven, hacen a los seres humanos capaces de analizar la retórica; también manifiesta que los encuentros comunicacionales tienen múltiples lógicas, lo cual enriquece aún más dicho proceso. Ahora, por ser un paradigma relativamente reciente, presenta ciertas críticas en cuanto: la teoría es bastante amplia, el marco tiene una naturaleza bastante conservadora, el fracaso al querer ofrecer una alternativa al Paradigma del mundo racional, el fracaso en ser coherente con su demanda de democracia.

*La primera crítica se fundamenta en la afirmación de Fisher de que toda comunicación es narración, entonces ¿cuál sería el fin de éste término? ¿Todos los procesos comunicativos del ser humano son narraciones?, ¿La ciencia-ficción y la fantasía se pueden considerar formas narrativas?

*La segunda crítica, se refiere al carácter moral y los valores dominantes con que Fisher define “las buenas razones”, pues no buscan crear un verdadero cambio social, sino que en vez de ratificar los valores, podemos resultar cambiándolos de acuerdo al poder que tenga la historia y la confiabilidad que nos transmita.

*Las afirmaciones de Fisher contraponen unos de los más grandes puntos del Paradigma racional, sin embargo, se fundamenta en él.


El paradigma apenas se está construyendo, no es idealista en cuanto al verdadero proceso comunicacional, justifica la condición humana de narrar, pues es a través de ésta, que el hombre da sentido a su existencia. Sus axiomas pueden ofrecer disyuntivas a otros paradigmas universalmente aceptados como la posibilidad que plantea Fisher de que no existe una única realidad, mientras que para los positivistas, la realidad es objeto de estudio a la vez que posee una existencia independiente y puede ser vista por todos; dichos axiomas también reafirman o complementan teorías, procedimientos y conjeturas, tales como el Paradigma Social Interpretativo que consiste en entender que las personas de acuerdo a sus ambientes cotidianos, interpretan situaciones y otorgan un significado a los fenómenos.


En conclusión, el Paradigma Narrativo tiene como fin fundamental la comunicación y utiliza para ello, medios masivos que permitan un acercamiento al receptor buscando captar la mayor atención, sin dar mucho interés al efecto particular que en ellos se produzca, dando por supuesto que el consumidor debe estar en la capacidad de discernir entre los contenidos que desea o no recibir, así como la mejor forma de asimilarlos. Es en éste aspecto donde este paradigma se identifica con el positivismo, en cuanto busca una información cuantitativa, que represente la mayor población de la que fue obtenida, lo realmente importante es la cantidad de sucesos que se describan y la forma en como lo hagan, más que la calidad de la información.


“El hombre es esencialmente en sus acciones y prácticas, así como en sus ficciones, un animal que cuenta historias” (MacIntyre, 1981, p. 201).

jueves, 30 de agosto de 2012

Teoría de la Narración



"La teoría de la narración, propuesta por Walter Fisher, postula que toda comunicación significativa es alguna forma de narrativa o un reporte de eventos y así, los seres humanos experimentan y comprenden la vida como una serie de continuas narrativas, cada una con sus propios conflictos, personajes, comienzos, medios y finales". 



Utilizamos las historias en prácticamente todos los aspectos de nuestras vidas cotidianas: para pasar el tiempo, para transmitir la información, para dejar que alguien sepa quiénes somos (o al menos quienes queremos ser), para situarnos en un lugar, familia o comunidad. Recurrimos a las historias tanto para sobrevivir como para imaginar, así como diferentes propósitos instrumentales, por placer y porque debemos hacerlo. Las historias forman parte de nuestra herencia humana. (James Elkins, 2001, p. 313).

El ser humano no puede desconocer su capacidad para narrar historias, más que eso, no puede negar el alcance que tienen estas sobre los demás. Desde la antigüedad los primitivos crearon sus propios sistemas de comunicación y plasmaron sus experiencias a través de jeroglíficos, símbolos que puestos en un orden describían un acontecimiento trascendental en sus vidas o simplemente la forma en como administraban el tiempo en sus actividades cotidianas: la caza, la pesca, la reproducción, el poder y la riqueza… Hasta llegar al día de hoy, donde las formas de comunicación son tan ricas como el lenguaje mismo; nuestra herencia es narrativa en todo el sentido de la palabra, es a través de ésta que conocemos o suponemos el pasado y es a través de ésta que aspiramos llegar al futuro. Las personas buscan ejemplificar sus conceptos para hacerlos más comprensibles, buscan ponerlos en términos reales, justificarlos por medio de experiencias que sean comunes para todos, es ahí donde se produce el conocimiento, donde el mensaje teórico toma forma  humana, y el receptor lo puede relacionar con su esencia, con lo que ha vivido. Fisher es uno de los grandes defensores del Paradigma Narrativo, él argumenta que  “Los humanos somos contadores de cuentos y que los valores, emociones, y las consideraciones estéticas se basan en nuestras creencias y comportamientos, en otras palabras, nos convence más una buena historia que un buen argumento”. (p. 310)

Siempre que se da el proceso comunicativo se logran interpretaciones del receptor, que no siempre son las mismas que argumenta el  emisor, de ahí también que se tergiverse el mensaje, pero lo que es un problema para muchos teóricos, en el Paradigma Narrativo no necesariamente lo es, porque la narración es una herramienta social, todos somos diferentes, asumimos un mismo evento de maneras distintas según la experiencia; sin embargo, todos los seres humanos están en la capacidad de distinción de las miles de narraciones en que participan a diario y lo hacen basados en dos principios:


*La coherencia: La narrativa tiene coherencia cuando se presentan todas las partes de la historia, cuando no se omiten detalles, cuando no existen contradicciones. Cuando la narración carece de sentido, entonces el oyente comienza a sospechar de elementos secundarios porque la idea base no lo convence. Cuando la trama no es clara falta coherencia estructural; cuando la historia no tiene congruencia con la de otras historias relacionadas falta coherencia material; cuando los personajes no inspiran credibilidad falta coherencia en los personajes.

*La fidelidad: Las historias deben tener fuerza, deben ser fiables, “deben representar una visión acertada sobre la realidad social” (Fisher, p.105).